Sólo un corredor de campo traviesa –y por la vía de la excepción, alguien que se haya extraviado en la montaña- sabe lo que es sentirse sobrecogido por esa extraña sensación de estar absolutamente solo.
Ese sentimiento de soledad es típico en las competencias a campo traviesa que se realizan en todo el mundo. Pero no en la Carrera al Cerro Chirripó, donde los atletas se sienten acompañados a cada paso que dan, desde que salen hasta que regresan.
En la línea de partida, en San Gerardo de Rivas, una multitud que te encomienda a Dios y te expresa los mejores deseos; en el camino, puestos de control y asistencia en que te ofrecen agua, dictan el tiempo de recorrido avisan: “el corredor X va bien…”; en la máxima altitud (Los Crestones), medios informativos que transmiten el momento del arribo y el inmediato inicio del retorno; y al regreso, la multitud que te vio partir, aplaudiendo, transmitiendo, entrevistando, preguntando, conversando…
Esta es –a grandes pinceladas- la grata sensación que describe acerca de la Carrera al Chirripó Verónica Bravo Vergara, la atleta chilena de mil batallas que acaba de ganar la undécima edición de la carrera “The Coastal Challenge”, de 230 kilómetros, y que va a escalar el Chirripó, por segunda vez, el próximo 28 de febrero de 2015.[testimonial name=»Verónica Bravo»]Corro por el simple placer de hacerlo, por filosofía y voluntad y en este largo camino espero seguir mejorando la calidad de la experiencia, y a la vez, inspirar a otros a seguir este camino[/testimonial]
Verónica se ha logrado colocar en la página de los atletas más reconocidos de todo el mundo, por su participación en ultra maratones, maratones y medias maratones a campo traviesa, y en Costa Rica es ya más que familiar, no sólo porque ganó la Coastal Challenge (con todos los méritos, porque corrió las dos últimas etapas, una de 50 kilómetros y otra de 34 kilómetros) con un esguince, sino porque se ha coronado como campeona, reiteradamente, en diversas competencias.
En esta ocasión, pone los sentimientos de los costarricenses en una encrucijada: por su amabilidad y sus méritos, sería bonito que esta flacuchita sudamericana gane la carrera, pero nadie quiere que la pierda Andrea Sanabria, la aborigen de Sitio Gilda –ganadora hasta ahora invencible de la Carrera al Chirripó- que se ha ganado el corazón de los costarricenses.
Verónica, mientras tanto, ha dedicado una semana al descanso, como deben hacerlo los atletas que participan en una ultra maratón, y se recupera de la lesión para iniciar el entrenamiento, “con la idea de ganar la carrera”, pero con el objetivo principal de mejorar los tiempos alcanzados en 2014.
Sabe que es una carrera desafiante; que en el ascenso tiene que engañar a la mente; abstraerse de todo pensamiento distractor; correr, no parar nunca… que el descenso exige una concentración total… cuidar cada paso.
Con toda una vida de entrega al deporte, Verónica hoy es una atleta reconocida mundialmente; pero no se crea que vive en la abundancia, si hoy puede desplazarse por diversos países, es más bien por invitación y por el dinero que ahorra cuando está trabajando.
Ciertamente, en Chile –y en otros países- cuenta con el patrocinio empresarial, un apoyo fundamental porque los premios que recibe (que no son siempre) nunca le van a alcanzar para vivir y estar viajando.
Su estadía en Costa Rica (un país de extremo nacionalista, donde el sector empresarial concentra su apoyo en los nacionales) se hace posible justamente por el ahorro que trajo de Chile y por el patrocinio de la empresa de transportes Taramugal S.A. Pero el ahorro se va terminando.
En lo económico –dice Verónica- para la Carrera al Chirripó parte de cero, porque en San Gerardo de Rivas, hay una multitud que la va a estar esperando, para darle las gracias.